Camila Canales, taekwondista: “Para mí no existe ganar o perder, sino que obtener más aprendizajes”

Por Prensa ADESUP

Este jueves comienzan las competencias de Taekwondo en las Finales Nacionales LDES que se desarrollan en el Maule, y una de las representantes de nuestra región es Camila Canales Bravo (22), estudiante de tercer año de Enfermería en la Universidad del Desarrollo, clasificada en la categoría Principiante -49 kg. Conócela a través de esta entrevista.

¿Cómo comenzó tu interés en el Taekwondo?

Hace cuatro años, cerca de donde vivía (Talcahuano), vi que estaban realizando clases de taekwondo; le dije a mi hermana que fuéramos a probar; comencé así, en esa Academia. No sentí la pasión de hoy, y la abandoné, hasta que entré a estudiar a la universidad. Acá me enteré que hacía clases el profesor Juan Pablo Contreras, y él me dio la posibilidad de que entrenara los días que yo pudiese, y así lo hice. Empezó a corregirme algunos errores; a enseñarme más técnicas, y sentí el apoyo de él y de mis compañeros de Selección, que me ayudaban. Me sentí muy cómoda y desde entonces no he dejado de entrenar.

Cuando uno hace deporte, tiene que tener un apoyo detrás, no solo en familia, amigas y compañeros, sino de parte del maestro o profesor, que te guía y que te incentiva. En este deporte es importante el profesor, porque también es un amigo tuyo, y en ese sentido, el profe Juan Pablo ha sido clave.

¿En tu familia hay alguien que haya sido un modelo a seguir en la práctica de esta disciplina?

No. Soy la primera (ríe). Mi abuelo, cuando joven, practicaba boxeo, y eso es lo más “cercano” a lo que hago yo. Pero lo que sí es que en mi familia hay varios deportistas: mi primo juega fútbol; mi papá antes trotaba y era ciclista, y ahora mi hermana menor (17) también practica taekwondo.

¿Qué opina tu familia y amigos?

En mi casa a mis papás le gustan que practique un deporte, y están contentos de los logros que obtuve en las dos fechas del torneo de taekwondo LDES Biobío. Mis hermanos también, y me apoyan muchísimo. Por otro lado, mi mejor amigo – que también ha sido parte de la Selección de Taekwondo en la UDD – también me apoya mucho, y me dice qué cosas puedo mejorar. Pero a mis amigas no les gusta, porque encuentran que es una disciplina violenta. Yo les digo que no lo vean como algo violento, sino que vean que esta rama te enseña a defenderte como mujer, y si hoy en día las cosas para las mujeres no están fáciles, porque te pueden agredir, a nosotras nos sirve mucho. Si por ejemplo aparece alguien en la calle que me quiera asaltar, tengo las herramientas para poder defenderme, y esa ventaja la tengo también porque entreno con compañeros hombres: sé cómo es su fuerza y su agilidad.

¿Por qué te gusta el taekwondo?

Con esta disciplina uno puede hacerse horarios y puede ir controlando los tiempos. Y además entrega perseverancia y constancia; te enseña a no rendirte, y a que detrás de esto tienes un apoyo: te enseña a que no estás sola.

¿Cómo logras compatibilizar tus estudios con los entrenamientos?

La carrera es demandante y difícil, y me he atrasado en algunas asignaturas. Pero por lo mismo he aprendido a disfrutar la vida universitaria y las diferentes etapas y vivencias. Hoy, por ejemplo, disfruto las prácticas, pero aprendo más cosas, y aprendo también de ramos que antes no entendía, ya que lo tomo como una oportunidad para aprender más.

Por mis estudios es que aprendí que si en el deporte, a la primera no te resulta, uno tiene que ser más perseverante, más constante y hacer las cosas con calma, para ir logrando tus metas de a poco. Así mismo he entrenado con mi profe, de a poco, y así he logrado buenos resultados.

Cuéntame de tus rutinas deportivas.

En la Selección de la UDD, entrenamos los lunes y viernes. Cuando los estudios me lo permiten, voy los martes y jueves a la Academia del profe. Y aparte, los martes y sábados a veces voy al gimnasio a hacer algunos ejercicios, como trote y pesas.

¿Qué ha sido lo más difícil para ti en el aprendizaje del taekwondo y cuál es tu fortaleza?

Lo más difícil es aprenderme las patadas, sobre todo patear alto, porque como todavía no adquiero tanta flexibilidad, entonces aún me cuesta. Por otro lado, al ser alta y delgada tengo desventaja de velocidad en comparación a las niñas que son más bajas que yo, pero por otro lado, me permite pegar más arriba, a tener más estabilidad y a ser más precisa en los golpes.

Tuviste muy buen desempeño en las dos fechas del torneo LDES Biobío. Cuéntame de esa experiencia.

Siento que aún me falta un largo camino por recorrer, pero siento que así de a poquito estoy logrando cosas que me voy proponiendo. Porque cuando el profe me dijo que me iba a inscribir en un torneo, dije: “ya profe, voy a dar lo mejor en lo que resulte”. En mi antigua Escuela siempre perdía en las competencias o quedaba segunda, y eso me frustraba. Había pasado un año ya desde la última vez que había competido, y por eso cuando me tocó enfrentar a la niña de la UdeC y a la del UBB y me dijeron “¡ganaste!”, no lo podía creer. Y ese fue un logro inesperado para mí, porque yo solo iba con la fe puesta en dar lo mejor, pero a la vez vivir la experiencia y disfrutar el momento.

¿Cómo tomas el desafío de competir en las Finales Nacionales LDES?

Tomo el desafío con harto nerviosismo, porque no conozco el nivel de las niñas de las otras regiones. Mis expectativas son las mismas que las fechas regionales: dar lo mejor de mí y que sea lo que Dios quiera. Si tengo que ganar, ganaré; si no tengo que ganar, por algo será. Aparte que va a ser una experiencia que me va a servir para aprender; para saber cómo son las otras niñas e ir mejorando las falencias que tengo.

¿Tienes algún referente en el taekwondo que te inspire?

La hermana del profe, Yenny Contreras; siempre escuchaba hablar de ella, pero no la había visto competir, hasta que la vi en los Juegos Olímpicos cuando yo iba en el liceo. Y vi lo que ella era capaz de lograr en el taekwondo siendo mujer. Y si ella puede, ¿por qué yo no? Por ejemplo,  a mí me dicen que soy muy flaca y no me creen que practico esta disciplina. Pero puedo. Por eso ella es mi referente: porque ella siendo mujer y de Chile, donde hay pocas oportunidades para los deportistas, pudo llegar hasta los JJOO, partiendo desde lo más bajo. Entonces cualquiera de nosotros, si nos lo proponemos y somos perseverantes, también podemos lograrlo.

¿Hasta cuándo te gustaría practicar este deporte?

Por el momento aquí en la UDD, hasta antes que llegue mi internado, porque cuando eso pase se me hará más difícil, pues tendré que irme fuera por más de dos meses y estar inserta en un hospital o consultorio. Pero una vez que termine el internado y me titule, me gustaría seguir practicando este deporte. Y de hecho me gustaría vincular la enfermería con algo deportivo.

Los deportistas suelen hacerse lesiones, y me he ido percatando de que en varios deportes hace falta una enfermera, porque el kinesiólogo o encargado de turno en las competencias no siempre tiene los conocimientos adecuados para asistir a un deportista en caso de que sufra un infarto o paro. Nosotras sí podemos, porque sabemos intubarlo, hacer RCP, etc. De hecho, cuando mis compañeros de Selección se lesionan y no está mi compañero que es kinesiólogo, yo los ayudo; y también los ayudo cuando se hacen heridas.

Hay enfermeras que se han especializado en esta área haciendo un post grado de Medicina Deportiva, y creo que podría ser una buena opción.

Finalmente, ¿qué significa el Taekwondo para ti?

Para mí el taekwondo, más que un deporte de artes marciales, es un estilo de vida que te enseña muchas cosas: la perseverancia, la constancia, a conocer gente de distintos lados, te enseña que de las caídas también se aprende, y que no existe el ganar ni perder, sino que existe el obtener más conocimientos y oportunidades.