UDLA levantó la copa: ¡es el bicampeón del torneo de Fútbol Masculino ADESUP!

Aunque la USS también ganó su partido, diferencia de puntos favoreció al equipo laureate.

Por Prensa ADESUP / Foto: L. Sembler

Literalmente, tembló la cancha. Así de agitado fue el término del campeonato de Fútbol Masculino ADESUP 2015, que este miércoles concentró la atención en dos partidos jugados simultáneamente a las 20:00 horas: Universidad de Las Américas (UDLA) vs. Universidad de Concepción (UDEC), y Universidad San Sebastián (USS) vs. Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC).

De acuerdo a la tabla de posiciones, la diferencia entre los laureate y los sebastianos era sólo de un punto, por lo que las matemáticas harían lo suyo, dependiendo de los resultados de ambos partidos.

Apenas comenzó el duelo entre UDLA y UDEC en el Polideportivo, el bombo de la barra dueña de casa comenzó a sonar rítmicamente para alentar a sus jugadores. Pese a las continuas llegadas de ambos equipos, el balón sólo se estrelló en cada travesaño un par de ocasiones, negándose a inaugurar el marcador. Con un constante juego aéreo; un Campanil que metió mucha presión, y un arquero UDEC que atajó ¡todo!, finalizó el primer tiempo.

En la cancha de los Sagrados Corazones, el escenario era distinto: la USS se iba al descanso con un gol a su haber, gracias a la precisión de Basthian Jara; con este resultado parcial, los locales se estaban quedando con el torneo.

A sabiendas de lo que ocurría, la incertidumbre aumentaba en el Polideportivo, y el público, ansioso, esperaba que se reanudaran las acciones para revertir el resultado. Pero apenas se inició el segundo tiempo, ocurrió lo que nadie quería: un certero disparo de Daniel Echeverría ponía la cuenta 1 a 0 en favor de la UDEC, aumentando la angustia de los asistentes.

Sin tener tiempo para rendirse, los chicos UDLA reaccionan; mejoran la precisión de sus pases y con una fuerte táctica ofensiva, comienzan a presionar: Juan Vejar desarticula al guardameta e iguala el marcador, para alegría del público y del equipo. Sin embargo, al otro lado de la ciudad, la Universidad San Sebastián sumaba otro gol, dejando la cuenta parcial en 2 a 0.

El nerviosismo se hace notar en el Polideportivo, y cuando algunos ya empezaban a asumir la idea de quedarse con el vicecampeonato, surge una luz de esperanza: en los Sagrados Corazones, la Católica ha emparejado el marcador, con dos efectivos disparos. “El empate sirve igual”, comenta alguien en la galería, pero el alivio laureate dura sólo tres minutos: USS ha vuelto a anotar.

La secuencia, al rato, vuelve a repetirse, y en el minuto 72, Basthian Jara anota su cuarto gol, dejando el marcador 4 a 3 en favor de la Universidad San Sebastián.

Las cartas están echadas, y con el triunfo parcial de la USS, a UDLA no le sirve el empate. Por eso, cuando Juan Vejar vuelve a convertir para el equipo laureate, el jugador se quita su camiseta y corre eufórico hacia la galería, para abrazar a sus amigos: el bombo de la barra vuelve a sonar y el público ruega que la defensa no se equivoque al frenar el avance del Campanil.

Tiempo cumplido y sólo restan tres minutos extra, que se hacen eternos… Sorpresivamente, un efectivo contragolpe y un pase al área chica, le permiten a Lucas Sandoval controlar el balón y rematar al centro de la red con un potente disparo, cerrando el marcador 3 a 1 en favor de UDLA, y desatando la fiesta en el Polideportivo.

“Cinco, cuatro, tres, dos, uno…”, grita el público, y mientras un defensa lanza lejos el balón, el árbitro hace sonar su silbato y termina este infartante partido, con el resultado que todos los asistentes esperaban: ¡Universidad de Las Américas es el bicampeón!

Luis Brito, capitán UDLA, compartió algunas palabras sobre este partido: “Costó. Se nos complicó un poquito, pero teníamos muchas ganas de salir campeón por segunda vez, así que feliz por el equipo, especialmente por los que se integraron este año; dar las gracias a los dos entrenadores que nos ayudaron en ambas temporadas, y por supuesto, al equipo entero. La clave fue la tranquilidad y bajar la ansiedad en el segundo tiempo; la frialdad nos ayudó a ganar…”.